Las Ventas, Area en Desarrollo

Se nos instruye, en todas las formas imaginables, que las ventas son punto de arranque de la cadena productiva para el progreso empresarial. Que además, los momentos de intercambio comunican a alguien deseoso (a veces ni siquiera es consciente) de adquirir bienes o servicios con un interlocutor válido. El primero es llamado comprador y el otro, vendedor.

De otra parte, enajenar se ha convertido en sinónimo de crecer y por ello el primer comentario que alguien aduce para significar progreso es que sus ventas van bien. ¿Y que hay de los costos? Eso se contesta mas adelante, sin prisas. Y el atento escucha queda convencido -equivocadamente- que por la sola acción de colocar sus productos en inventarios ajenos los negocios marcharán sobre ruedas.

Asimismo las ventas han pasado, de ser "ciudadanas de segunda" en la mitad del siglo XX a graduarse con honores en el milenio que empezó hace doce años. ¿Motivos? La potencia imparable del mercadeo, la globalización de la economía, la revolución tecnológica que redujo la oficina a un laptop o tableta, con su hermano siamés el smartphone -basta ver aeropuertos con ejecutivos hablando solos, aferrados a su oreja, mirada fija en un rectángulo metálico-; facilidad de viajes, Internet y comercio electrónico.

Saber vender y llegar a diversos públicos es labor mas sofisticada que antaño y nunca tarea fácil; y si nos remitimos a la Red mundial, a persuadir audiencias que posiblemente jamás veremos. Es mas, la profesión de vendedor ha evolucionado en la escala empresarial porque sus requerimientos han cambiado, los conocimientos mínimos requeridos devienen profundos, los contactos o prospectos agudamente exigentes (saben mas y mejor de tantos temas) y para nada incautos. Los gerentes de hoy día son mas vendedores que antes -y estos, mejores ejecutivos- y la época en que se volvía vendedor aquél chico o chica expulsado del colegio o la universidad ha quedado como anécdota de los mayores.

Algunos ejemplos, impensables hasta hace poco:

Cursos de ventas de servicios para banqueros; seminarios de mercadeo para odontólogos; viajes al exterior a universidades de marketing para gerentes de multinacionales; diplomados de mercadeo político para candidatos a corporaciones públicas; neuro-marketing para gerentes administrativos; especialización en ventas puras para ingenieros de sistemas, mercadeo para gerencia médica -sector salud-, carreras de publicidad vía internet, corporaciones educativas de propiedad de empresas comerciales, etc. Nada que ver con cursillos de un día para convertirse en vendedor profesional al caer la tarde. Hoy, la norma es: vendedor sí, pero...¿en qué especialidad?

Detrás de todo se encuentran las fuerzas mercantiles de siempre como impulsadoras de una educación continuada, al capacitar profesionales de distintas áreas en destrezas y ciencias (la venta lo es cada vez mas) relacionadas al intercambio actual de bienes o servicios. En el mismo orden, el vendedor de hoy requiere del dominio de herramientas tecnológicas (hardware, software, Internet) como pre-requisito para sobresalir. Ni siquiera condición suficiente para triunfar sino el ABC para entrar en carrera.

Resulta significativo que este "ascenso a la nobleza" de la profesión de vendedor o su aspiración a ser de mejor familia haya sido un oficio vilipendiado y subvalorado hasta hace poco. Preferible estudiarla como área gerencial en formación, llena del dinamismo producido por factores externos (desarrollo económico, tecnología, globalización), evolución interna (prospectos mejor informados, consumidor poderoso, mas crítico, menos leal), o énfasis sicológico (técnicas de manejo de toda índole, Programación Neuro Lingüística, similares). Tan poderosa amalgama está ayudando sin duda a la profesión y sus adeptos.

En tal sentido, cae como anillo al dedo la guía de uno de los padres del mercadeo actual, Philip Kotler, en su recomendado libro "Los diez principios del nuevo Marketing". Para Kotler, el vendedor y ejecutivo de mercadeo que no se adapte a los nuevos tiempos y pretenda vender con herramientas del siglo pasado está perdido antes de conocer su primer prospecto. Nadie objeta que le continuarán sirviendo las técnicas del cara a cara pero -aún si las tuviere- necesitará tecnología de apoyo para esos cierres.

Porque además de convencer contactos, el vendedor de la sociedad post capitalista tendrá que gerenciar lo que hace. Habrá que desterrar las anotaciones de última hora, escribir en la servilleta, pedir favores a la secretaria del jefe, apoyarse en los amigos o esposa, dejar de planificar finamente, cuando no confiar 100% en la frágil memoria.

Es solo el comienzo de una nueva, larga y fructífera carrera, la cual solo finalizará cuando el último comprador sobre la tierra sea persuadido. En una palabra, jamás.