Finanzas y Tecnología

Peter Drucker, considerado por la mayoría como el Asesor de empresas más brillante del siglo xx, fallecido hace pocos años, enmarcó en letras de molde un gran consejo para la gerencia de empresas al acuñar el siguiente concepto: “ el éxito empresarial está en controlar al centímetro la cadena del dinero y jamás desprenderse de ella”.

Lo anterior se dice más fácilmente que practicarlo dado que si hay algo realmente duro para una gerencia es rastrear esa cadena por los múltiples factores en juego tales como: inventarios (cuales vigentes, cuales obsoletos o desechables); las cuentas por cobrar (cuales vigentes o de dudoso recaudo); los problemas de producción (qué porcentaje es defectuoso o de calidad baja); la reposición de maquinaria (qué criterio aplicar y cómo manejarlo ); la investigación y el desarrollo (cual porcentaje de ventas es ideal para enfrentar la competencia); o la publicidad (qué cifra invertir y bajo cuales parámetros).

En el pasado, era labor titánica seguir la pista a tantos factores y ciertamente las mejores empresas lo hacían basadas en una calidad gerencial y empresarial a toda prueba. Pero los índices de fallas eran apreciables dada la multiplicidad de alternativas. Empero, con el desarrollo tecnológico éstas funciones se han simplificado haciendo la labor más llevadera y por encima de todo rápida ya que la prontitud de respuesta es el nuevo nombre del juego.

Para la muestra, éste caso:

En los actuales momentos, lo fundamental no es quien posea el mejor producto -como criterio diferenciador- sino quien llega primero al mercado, obvio que con un producto medianamente aceptado por los consumidores.

Uno de los mejores ejemplos es la dupla Microsoft y Apple, en la cual, el primero llega más rápido al mercado (actualmente el sistema windows controla el 80% del mismo) pero con calidad inferior y muchos incumplimientos los cuales mejoran sobre la marcha -sus ya famosos “service packs”- aunque sin alcanzar altos estándares, mientras que su competencia –Apple- sí aporta máxima confiablidad pero a duras penas alcanza el 5% del mercado.

El otro 15% del total se lo reparten muchas empresas. Acá, el rastrear la cadena de dinero vuelve a ser prioritario. Tanto que Microsoft todavía puede comprar a Apple prácticamente con un cheque de caja (comentario puramente ilustrativo e independiente de prácticas antimonopolísticas que se lo impedirían).

De otra parte, son cada vez más numerosas las herramientas empresariales (hardware y software; palms, Iphones, Blackberries; Treos y Axims) con las cuales disponer de información de altísima calidad a primera mano y con inmediatez absoluta. Porque lo móvil está aumentando con sorprendente velocidad y penetración. Prueba de ello es el interés de Google en ingresar al mercado móvil con sistemas operativos gratuitos para los celulares (lo anterior en fase experimental).

Por ende, se espera que la carrera alcance límites insospechados. En pocas palabras, los ejecutivos tendrán pronto toda la empresa al alcance de sus portátiles, palms y celulares, alimentados desde los servidores de sus compañías y siguiendo al instante el movimiento (cual cronómetro en juegos Olímpicos para usar comparativos de moda) y otra vez utilizando la cadena de dinero de sus respectivos conglomerados.

En el fondo, se trata de amalgamar de la mejor manera los conceptos de seguimiento, astucia, competencia, calidad humana al más alto nivel y conocimiento del mercado, con los últimos adelantos en materia de tecnología empresarial y sistemas con lo cual tener la información financiera y gerencial en la palma de la mano, tal como pronosticaron los gurús hace menos de diez años.

Y como ha sucedido en el pasado con las empresas exitosas, el dominio será para aquellos que sepan unir ambos enfoques -técnico y humanístico- fusionando esas fortalezas para llegar primero a las manos del consumidor, ganar su confianza y lealtad y de esta manera hacerlo regresar a comprar una y otra vez productos de calidad a los mejores precios.

Ramiro Henriquez
Miami Florida