Petróleo, Presente Efímero

Cuando leemos o escuchamos las estridencias, bravuconadas, amenazas y delirios de grandeza del Presidente Chávez de Venezuela, no podemos menos que lamentarnos por el futuro del hermano y bravo pueblo, el cual (literalmente), está montado en un barril de pólvora y sin fondo llamado petróleo.

Analicémoslo, a la luz del desarrollo tecnológico:

Los ciclos económicos de todos los tiempos han estado marcados por su respectivo símbolo, sello o emblema, en el cual se vé representada la fuerza impulsora que lo jalona y que ha dado paso (el 100% de las veces) a la subsiguiente generación. Así, en los imperios griego y romano lo fue la innovación naval, con sus triples filas de remeros (antes era una) lo que duplicó la velocidad de asalto de las naves con las cuales conquistaron el mundo; en la era feudal lo fue el humilde invento del estribo de la silla de montar, el que originó la formación profesional de la caballería militar ya que antes de dicho invento el jinete sin experiencia no podía sostenerse largas jornadas sobre un caballo. Para la época del renacimiento lo constituyó el barco de vela, base de los descubrimientos (América, Asia, Africa, Oriente), con sus grandes imperios coloniales.

La era precapitalista nos muestra enseguida su logro mas representativo cual fue la máquina de vapor, la que unida a un vagón se le llamó tren; a una caldera se le llamó fábrica de tejidos; a una plataforma marina le puso por nombre barco a vapor y con cuatro pequeñas ruedas lo bautizó vehículo. Su florecimiento dió paso a la edad capitalista con su representativo, el auto de bajo costo (esplendor del capitalismo) con máximo componente de mano de obra y abundante utilización de materias primas.

Para la postcapitalista, su emblema es el chip de silicio, con ínfimo porcentaje de recursos naturales (se encuentra en la arena) y máximo de capital intelectual, lo cual da paso al computador y la era del satélite, internet y el celular donde estamos situados hoy.

Ahora bien: ¿En dónde queda el petróleo en todos estos ciclos?

El oro negro ha estado con el hombre en la mayoría, aparentemente insustituíble hasta nuestros dias -recuérdese que se derivan 80.000 productos de el- pero casi todos desarrollados y enriquecidos en países del primer mundo, quedando los del tercero y cuarto en la limitada función de extractores de materias primas pero no mucho mas, a menos que el mismo pais tomase conciencia lo cual no ha sido el caso de la mayoría.

De otra parte, la tendencia al despilfarro ha sido la constante y las crísis económicas (sobretodo ésta última) poco a poco se han ido apoderando de la humanidad y hará que el petróleo vaya perdiendo importancia relativa; de allí que las presiones sobre las automotrices para la producción de carros con nuevas fuentes de energía (solar, eólica, nuclear, de hidrógeno líquido, etanol, híbridos, eléctricos) no se han hecho esperar y son una realidad. En otros casos, la misma ecología ha venido al rescate o si no que lo digan las extraordinarias -y eficaces- campañas contra los desechos plásticos (derivados del petróleo). Esto ya es rutina en Europa -¿le suena el término "desarrollo sostenible"?- e igual sucederá con muchos subproductos del preciado líquido.

Pero no es solo que los recursos naturales como el petróleo no sean renovables -la capacidad de extracción es muy superior a la de nuevas producciones- sino que la misma tecnología los ha convertido en objetivo de cambio por lo que sus días (años) están contados. Claro que sin darnos el lujo de olvidar las fuerzas económicas que protegen dichas fuentes (y sus precios internacionales, tema para otro escrito) las que resistirán buen tiempo. Pero esos mismos inversionistas darán la espalda cuando olfateen que el mercado esté maduro para una transición. Porque el capitalismo no se enamora de tierras fértiles, hermosos ganados ni de recursos naturales sino de los rendimientos del capital. Y cuando éste rinda un centavo mas por dólar invertido en fuentes alternativas, irá en su búsqueda.

Por ello, apostarlo todo a que el petróleo sea la eterna fuente de energía es la mayor falta de visión y sensatez que líder de país alguno pueda sopesar. Acabar (como lo está haciendo el Presidente Chávez) con la industria nacional en aras de enviar su petroleo al mundo -léase al mundo pobre, con grandes pérdidas y por motivos políticos, no económicos- no hará nada distinto que cavar su propia fosa. Y lo mas triste es que lo pagarán las futuras generaciones de venezolanos ya que todavía el petróleo acompañará a la tumba a Chávez pero nó a su país.

Recordemos que los pueblos que mas han sacado provecho al crudo son aquellos que carecen de el y por tanto se han visto obligados a comprarlo como materia prima para procesarlo y generar productos finales que jalonen su desarrollo. Países como Holanda, Italia, Alemania, Suecia, Japón, Inglaterra, Francia, Suiza, Corea, Singapur, sin ser grandes generadores -a veces sin exportar una gota- han sido capaces de transformar y antes por el contrario, vender derivados a los mismos productores.

Lo preocupante es que los exportadores podrían quedarse en un futuro con el pecado y sin el género, es decir, con petróleo pero sin fuentes alternativas para su desarrollo ni industrias complementarias ni la maduración del sector servicios (otro emblema de la sociedad post capitalista). De aqui que el concepto de “sembrar petróleo” haya sido pilar fundamental en aquellos países conscientizados del problema antes que pensar en términos de materias primas únicamente, pues saben que éste es el camino seguro para caer al despeñadero.

Presidente Chávez: Ud no cambiará la historia y mas bien sucumbirá ante ella.

Ramiro Henriquez