Dirigir: ¿Buen Manejo de Técnicas?

Interrogado Steve Jobs (Apple) en años recientes, sobre su rutilante carrera -a pesar de no ostentar un sólo título profesional- respondió: ¨desconozco qué tanto pueda atribuirlo a mis genes o inteligencia. Pero debo mucho a haber conocido el mundo desde muy joven -con morral al hombro- interactuando con todo tipo de personas, lugares y situaciones. Catapultó mi creatividad¨.

Otro ejecutivo interesante es Geoffrey Bergen, actual Director del Banco Mundial para Colombia, quien se ha labrado una exitosa carrera manejando decenas de miles de millones de dólares en proyectos de infraestructura para países en desarrollo. Bergen Expresa: ¨Nunca pensé que mi carrera de Literatura inglesa aunado al don de escribir, a mis idiomas y a mis viajes juveniles por Africa y Latinoamérica, me hubieran traído hasta aqui. De finanzas, no tanto¨.

El tercer invitado es Lee Iacocca, ícono de la industria automovilística norteamericana y quien salvó a Chrisler de la bancarrota a fines del siglo pasado. Iaccoca, sicólogo de profesión, a propósito de sus impresionantes logros, acota: ¨Lo que me dió la ventaja fue mi manejo de las relaciones con la gente. Es lo que mejor sé hacer¨.

Casos representativos pues tienen un elemento en común: la casi ninguna referencia a temas especializados y antes por el contrario, el mérito se lo lleva su conocimiento de los hombres, capacidad de respuesta al imprevisto, liderazgo, flexibilidad y manejo de complejas dificultades.

Hoy día, cuando se nos inculca que si no eres Master estás en la escala de abajo a nivel profesional, recordamos esos éxitos y los pilares donde están cimentados. No se trata de desconocer la especialización per se ni colocar en segundo plano la técnica sino llevarla a sus justas proporciones. A todo gerente le ocurre reiteradamente que cuando maneja una crisis, es el elemento humano (suyo o de sus subalternos) lo que permite solucionarlo y la técnica se supedita al conflicto. En otras instancias, es mas sencillo cambiar de método o forma de resolver un problema que modificar la conducta del funcionario involucrado.¿Por qué si no, cree Ud que demora tanto -resistencia al cambio- aceptar la introducción de un software -alta tecnología- que teóricamente lo cambiaría todo?

Se repite incesantemente que la administración y dirección de empresas es la interrelación de arte y ciencia, pero cuando vemos la sobrevaloración que se da a especializaciones y doctorados, el asunto podría llevar a extremos no deseados. De aquí que en los paises desarrollados se abra paso el fortalecimiento de asignaturas de tipo humanístico en los pregrados y cursos de Master y Ph.D -sobretodo de ciencias exactas-; del enganche en grandes compañías de ejecutivos con formación integral, con mayor aporte de profesiones liberales incluídos filósofos, sociólogos, literatos, antropólogos, sicólogos y siquiatras que colaboran con altos Directivos durante sus ejecutorias o sus crisis.

¿Donde podría radicar la clave? ¿por qué las humanidades, o los viajes, lecturas e idiomas, el autodidactismo del ejecutivo o su cultural general -mas alla de lo técnico- son importantes?

La respuesta está en que por mucho conozcamos de ciencias, es necesario liderar grupos que sin guía sería poco lo que conseguirían. Y el liderazgo no es solo técnica (aunque claro que también, so pena de desconocer el ¨cómo¨ de las soluciones) sino profundos estudios de lo humano en todas sus etapas. A veces el éxito estará en saber motivar al subalterno, o imponerse como lider, dar ejemplo, ver la luz al final de túnel o en el arrojo con que se acometan los conflictos. La técnica acelera el mundo pero alguien deberá controlar su velocidad y ese es el dirigente empresarial, político, religioso o social.

Entonces, ¿por qué la técnica sigue y seguirá siendo vital? por el sentido del detalle, por la eficiencia aportada a cualquier proceso (hacer lo correcto en el mínimo de tiempo, con desgaste ideal), por la facilidad de repetir un patrón a ser calcado por aquellos que no tuvieren la habilidad, por volver rutina la excelencia del visionario. Sin ciencia estaríamos en la edad de piedra. ¿Que fué la rueda sino un gran aporte técnico? Sin embargo, no ganó batallas ni creó imperios sino que lo hicieron quienes estaban montados en ellas.

Otro punto a favor de la alta especialización es que existe correlación directa entre desarrollo económico acelerado y número de Master(s) y Ph.D(s) en la economía mundial -obviamente, con universidades que las ofrezcan y gobiernos que las impulsen-. Los comparativos saltan a la vista y esas estadísticas lo apoyan. Basta estudiar el número de especializados en países emergentes (ninguno del primer mundo) como China, Corea, Singapur, Israel, Brasil y Nueva Zelanda, con respecto a los mas pobres. La diferencia es abismal.

De otro lado: ¿es posible dirigir empresas solo con enfoques humanísticos? Ingenuo pensarlo; a lo sumo, durarían cinco minutos en el mercado por bueno que fuese su lider y sin duda la competencia lo haría añicos. Al ser la administración mezcla de habilidades e investigación científica no podrían separarse y además, sin conocimiento aplicado todo se reduce a ejercicios teóricos. Es en el mercado donde se prueba aquello que se propone. Los consumidores son los grandes electores y asi como aplauden, acaban u olvidan. Ningún buen gerente puede darse el lujo de menospreciarlo.

Aceptemos los hechos. La penetración e importancia de la tecnología será creciente en un mundo interconectado y llegó para quedarse. Sin embargo, no significa la panacea de los problemas de la dirección de empresas; a lo sumo una de sus mejores herramientas. Vender la ilusión al estudiante que si se recibe de Master o Ph.D tiene la vida resuelta es craso error. Los centros docentes lo saben; empero, ​son los estudiantes quienes deberán colocar la vara de medición en su justa dimensión.

Al enfrentar lo humano tendrán la vida por delante para aprenderlo. Allí están Jobs, Bergen y Iacocca para recordárselo, para emularlos y ojalá superarlos.

Ramiro Henriquez