Sin Celular, sí Puedes

Hace poco, nos encontrábamos en plan de descanso familiar y por esos avatares del destino -y fuente de éste artículo- ninguno de los presentes tenía(mos) el celular consigo. Poco faltó para que regresáramos adonde pudiésemos conseguir al menos uno (se veía la angustia reflejada en los ojos de varios) pero dadas las distancias -o la pena de cada cual- el asunto quedó allí.

Demás está decir lo bien que lo pasamos, los coloquios y bromas que intercambiamos, las anécdotas referidas, las vivencias y planes diversos y -dicho sea de paso-, al estar al lado del mar, los intervalos de silencios transcurrían entre ola y ola. Al cabo de un rato todos olvidamos el drama celular y asumimos prepararnos para lo peor. ¿y cual fue esa hecatombe? ninguna que recuerde al momento de escribir ésta.

Lo citado viene a cuento por lo que se ha convertido en la nueva fiebre amarilla de la humanidad. Que es la siguiente: Si no tienes el adminículo en tu regazo, o estás muerto o no perteneces al siglo XXI o eres rarísimo especímen de aquellos que dejó la Atlántida; o simplemente el ostracismo y olvido te esperan al voltear la esquina.

Nada mas irreal, injusto, absurdo y demás adjetivos del mismo tenor.

El celular, al igual que el computador, internet, laptop, netbook, Ipad, palm, tablet PC, blackberry, Kindle y Iphone se han tornado todopoderosos, amigos de las multitareas, "solucionador" de la mayoría de los problemas humanos (si nos apuran, camino de ser facilitador de la lucha contra el cáncer y sida) y lo peor, los jóvenes lo creen a pié juntillas. Porque cada generación considera inconcebible entender cómo la anterior pudo vivir sin el confort que la actual encuentra (como padres, no concebíamos la vida sin televisor aunque fuese en blanco y negro; nuestros progenitores no la concebían sin teléfono fijo; los abuelos sin telégrafo; los bisabuelos sin máquina de escribir manual ni sin carteros en bicicleta; los tatarabuelos sin tranvías, los de mas atrás sin automóvil, sus ancestros sin el barco a vapor, etc. Nadie acepta que era posible vivir sin lo que hoy tiene a mano y disfruta.

Obviamente, los chicos de la generación 2000 son los mas elitistas de la evolución darwiniana y no solo deben poseer el último celular sino el mejor, pero de acuerdo a la Ley de Moore (cada diez y ocho meses se duplica la potencia de procesamiento) tendrán a lo sumo un año para llegar al siguiente no importando si entendieron cabalmente el manual de operación, so pena de ingresar a la categoría B, es decir los anticuados, cualquier cosa que ello signifique.

Sin embargo, no hay que ser injustos con la juventud ya que nacieron con sus tecnologías de la misma manera que lo harán sus hijos y nietos con las suyas. Es solo cuestión de tiempo. De aqui que mejor procurar comprender que una cosa es la técnica y otra la respuesta integral del ser humano a ella. Que podemos trabajar con tecnología pero también sin su presencia momentánea y que cuando la carezcamos debemos dar la milla extra que la técnica no aporta pues para eso ha sido concebida, sin confundir ayuda y apoyo con reemplazo.

Lo podemos ver citando casos de otras esferas, como el modelo de la formación de espías a cargo del Mossad -el servicio secreto israelita considerado el mejor del mundo-, cuyos aspirantes son sometidos a toda suerte de entrenamientos, artes marciales, control de la tortura, manejo de cualesquier clase de adelantos tecnológicos, el pilotear aviones, helicópteros, submarinos, tanques de guerra; manipular grandes centrales nucleares, dominar armamentos extraordinarios, conocer varios idiomas y una larguísima etcétera.

¿Pero sabe Ud como considera la Dirección General del Mossad que un agente se ha graduado de su academia?

Unicamente después de ir a una misión suicida, la cual consiste en enviarle de noche detrás de líneas enemigas, dotado solo con la ropa que lleva puesta y documentación falsa del lugar de destino. Si no es capaz de realizar la misión partiendo de cero, sin ninguna tecnología de apoyo, no será apto para las mas difíciles. Sobra decir que todos pasan la prueba. Por eso es el mejor.

El mensaje es claro. Bienvenidos los adelantos mas no al punto de subvalorar el resto de cualidades que estructuran un líder, ejecutivo, empresario, político o persona destacada para sacar avante proyectos y logros. Cualquier técnica, por poderosa que fuere es una simple herramienta, no el objetivo mismo.

Otro peligro que acecha al ejecutivo jóven es pensar que por tener el gran celular -o computador- el resto de funciones de dirección quedan relegadas a un segundo plano o dependientes del primero. Lo vemos cuando su ausencia o falla de hardware o software se torna en la excusa perfecta: "dejé el celular y allí tengo mis citas del día o la semana; por eso me olvidé del cliente"; o, "no me sé ni el número de teléfono ni el apellido de nadie pues todo está en mi celular""; o, "no pude responder el informe que el jefe solicitó pues lo ví en el blackberry y solo cuando retorne a casa lo podré releer con calma en el computador"; o, "llevo varios días atrasado con la tarea, pero tengo tantas llamadas por contestar que se me pasó"; o, "se me dañó el móvil (o lo robaron) y sin eso estoy perdido".

De manera que la próxima vez que vaya de paseo, diversión, acto social, obra de teatro, al parque con los niños o aun al cine, ensaye adrede no llevar el celular (de todos modos le pedirán apagarlo) y notará que al día siguiente -contra todos sus pronósticos- el mundo no solo no se habrá acabado sino que Ud mismo saldrá fortalecido de la experiencia.

Porque como decía Edward Deming, el gran asesor norteamericano, "solo el cinco (5%) de los problemas de la vida son realmente urgentes". Si el asunto pertenece al otro noventa y cinco lo resolverán sin su presencia (o consejo vía celular), pues el mundo sigue girando aunque usted esté incomunicado.

Ramiro Henriquez