Riesgos y Empresarios

Si pudieramos reducir a términos simples el manejo empresarial -mas allá del tipo de empresa, sector económico o país- diríamos sin dudar que es el sentido, alcance y manejo del riesgo. Es lo que constituye la esencia del mundo empresarial y comercial, desde y hasta siempre.

Cuando se quiere ponderar las excelsas cualidades de un dirigente empresarial, una de las frases que salta inmediatamente a la palestra es la de: “un hombre que sabe tomar riesgos” o, “calcula muy bien los riesgos” o, “maneja el riesgo de forma impecable”

De otra parte, el concepto de rentabilidad está muy ligado al de riesgo y es directamente proporcional a la utilidad e inversamente a la seguridad. En dos palabras, a) a mas riesgo mas ganancia y b) a mas seguridad menos riesgo.

Es tan profundo el concepto que sectores económicos completos se definen por su aversión o no a lo incierto. Por ejemplo, la columna vertebral de la banca -en éste aspecto- es la de generar el máximo de ganancias minimizando riesgos mientras que las de alta tecnología es aceptar la mayor incertidumbre posible (nuevos mercados; productos que no existen a la fecha; aplicaciones desconocidas; nichos de mercado impensables como por ejemplo, los jóvenes sin dinero). Y están los sectores y empresarios de riesgo moderado quienes ni aventuran ni ganan mucho, pero subsisten con relativa tranquilidad. Ejemplos: el comercio organizado, la agricultura y ganadería, infinidad de servicios profesionales, la burocracia honesta (porque la deshonesta sí que sabe de riesgos).

Sin embargo, todas las combinaciones son dables en el mundo empresarial y asi, el banquero conservador se puede tornar muy lanzado asumiendo riesgos de alta proporción. Un buen caso lo ha sido la debacle financiera de las hipotecas sub-prime -alto riesgo- en los Estados Unidos y el alud de quiebras que generó en los cinco continentes.

Pero el azar como tal define al empresariado ya que si aquél no se tomase el proceso de cambio se detendría y eso es imposible fuere cualquiera el momento en que toque hacerlo. En otras ocasiones el riesgo se produce al adelantarse al tiempo, pensando que se triunfará con la tecnologia y economía de la época pero sin considerar controles gubernamentales, desarrollo de la sociedad, educación colectiva o desconocimiento de los demás del tema en cuestión. Ha sucedido siempre: Leonardo Da Vinci inventó sin éxito el helicóptero, el planeador y el submarino; Heráclito, en la antigua Grecia, la Teoría General de Sistemas, tan en boga hoy día; Los Fenicios, el comercio organizado tal como lo conocemos pero perdido por mil años en una historia que lo desdeñó por impráctico.

Todos se arriesgaron. Ninguno vió la luz triunfal pero si alcanzaron grandeza histórica por ver mas allá que los demás.

Retornando al empresariado, la pregunta clave es: ¿dónde se encuentra aquel punto de equilibrio entre riesgo y buena utilidad o seguridad vs ganancias? Difícil saberlo de antemano ya que son tantas las veces que la lógica esperada no se cumple, simplemente porque los mercados no se mueven con lógica y el comportamiento del consumidor es poco menos que aleatorio, temperamental, emocional; las menos de las veces racional. Sin embargo, todos decimos que nuestras decisiones empresariales resisten el mejor análisis científico.

De otra parte, las carreras gerenciales ayudan a analizar, cuantificar, medir y planificar riesgos, pero a escala conceptual, teórica. La práctica y la realidad del mercado es la que conjuga las dos visiones. A veces se impone la cautela; en otras, el éxito lo dá aventurarse. No hay reglas fijas pues el mercado, la tecnología, el desarrollo económico y la política se encargan de romper los esquemas de escritorio.

Miremos si no, botones de muestra de empresas que estando en la cúspide caen y salen del mercado a velocidades meteóricas, cuando apoltronados en sus laureles creen a pié juntillas que no deben arriesgar mas porque “todo lo saben de su sector”, para luego darse cuenta que dos o tres chicos en un garaje -o dormitorio universitario- les derrumba la estructura organizacional y los saca del paseo en cosa de años, lo que a ellos ha tomado décadas construir. Ahí estan Dell vs Sperry Rand; IBM vs Microsoft ; Toyota (con todo y su problema de imagen actual) vs General Motors; Samsung vs Intel.

De manera que bienvenido el riesgo siempre que implique cambio, oportunidades, nuevos productos y mercados. Porque inherente al riesgo está la creación de productos y mercados (la invención es hija de la necesidad), el proceso de cambio mismo y la evolución social. No hay que temer en exceso (cautela y seguimiento claro que sí; es un imperativo) y por el contrario, aceptarlo como la mas importante regla del juego gerencial. Quien se acostumbre a manejarlo tendrá un margen de maniobra superior al de colegas y adversarios. Y a mayor maniobrabilidad mejores posibilidades de triunfo.

Ramiro Henriquez