El Vendedor Informado

El mundo de las ventas e intercambio de bienes y servicios es, por definición, de los realmente dinámicos de la actividad empresarial. Desde la comercialización de productos hasta servicios complejos o sencillos, pasando por una extensa gama de intermedios, vender es sinónimo de progreso y las empresas que lo subvaloran desaparecen rápido.

En dicho orden, el elemento humano que conforma las ventas es objeto de toda suerte de apoyos, cursos, seminarios, informes diarios, semanales, mensuales o anuales; tutorías, eventos, convenciones y una larga cola procurando fortalecerlo, a fin de dar el mejor golpe de mano a la competencia.

Especial énfasis se aplica a los aspectos personales de cada vendedor, su actitud y aptitud, profesionalismo, manejo del tiempo, las distintas maneras de vestir, comportamiento, relaciones personales o sociales, trato y respeto hacia el cliente con sus asistentes, secretarias o administrativos con quienes interactúa, sin olvidar la sobriedad y eficacia en la venta telefónica y/o vía celular.

Sin embargo, hasta hace poco existían áreas si bien no vedadas al vendedor y sus tutores si relegadas a segundo plano, las cuales, a medida que la revolución tecnológica ¨atropella¨ (palabra favorita de los analfabetos de la Informática) van siendo prioritarias al punto que se constituyen en aliados y protectores del asociado de ventas, sin que implique reemplazo de las primeras. Nunca las cualidades personales podrán ser desplazadas por la técnica, menos por sus complementos. Pero que ayuda, sin duda.

Empecemos diciendo, que lo citado en cuanto a cualidades del profesional y su entorno corresponde a aspectos internos del proceso, al contacto directo vendedor - prospecto mientras que los apoyos tecnológicos que nos ocupan se mueven en campos generales, hacia afuera del sujeto. Observemos escenarios:

Un vendedor amigo de los Sistemas de Información, podría conseguir los mejores resultados si se acompañase de un laptop, Ipad o Netbook, con el cual mostrar al cliente ventajas de sus productos, bien a través de motivantes diapositivas en powerpoint o similares, o imagenes que él o su empresa hubiesen preparado con sesuda planeación (desde el siglo pasado, ésta es útil). Igual podría conseguir con un Iphone, Blackberry u otro artefacto similar. En otros eventos podría obtener la facturación completa para mostrarla al cliente en el momento exacto, sopesar tendencias de sus propias compras, consultar con la sede central sobre el estado de la respectiva cartera y si atinente a productos, revisaría con la bodega principal y escogería cuales de las referencias solicitadas se mantuviesen en existencia para entrega inmediata.

Otro caso se presentaría cuando el vendedor pudiese echar mano de estudios especiales (reservados para él) a comentar al prospecto; preguntar a su jefe un dato (por ejemplo, vía Blackberry-messenger), enfrente del cliente y sin que aquél se percatase; anotaría cierta información de productos de la competencia para que su compañía se informase; imprimiría o escanearía velozmente alguna muestra o producto que el comprador desease y que antes de finalizar el encuentro con aquél su líder la recibiese, bien para adaptar un modelo similar o cotizar al instante, en el evento que la compañía estuviese en capacidad de elaborarlo. Y si es válido para productos, lo es también para la venta de servicios e intangibles.

Modelos de cuánto ha cambiado el mercadeo y las ventas desde los tiempos en que se visitaba acompañado del gran maletín de muestras (que ciertamente todavía sirve) pero que el radio de influencia se acrecentaría a escala exponencial. Lo importante es que el vendedor tome conciencia que sin esos elementos su labor se verá reducida y superada por la competencia, convirtiéndolo en dependiente de alguien mas (secretarias, colegas, supervisores, jefes) que lo relegarán.

Conste que aquí hablamos de software y de saber manejar el o los lenguajes de los artefactos disponibles. No se trata del gadget (juguete tecnológico) de última generación sino lo que se puede hacer a través de el. No platicamos de lo atrayente de su aspecto externo ni lo liviano, colorido, hermoso ni original -meta del departamento de publicidad o de investigación y desarrollo de la Cía de hardware- sino lo que aporta al intelecto de quien vende lo que fuere, con ellos en la palma de su mano.

Si bien el contacto directo vendedor-cliente no varía hace milenios, los componentes de dichos encuentros han evolucionado de forma impresionante respondiendo al aspecto mas notable de la tecnología: velocidad de respuesta ante inquietudes, preguntas, dudas, temores, certezas o comentarios del cliente o de sus propios jefes en la oficina principal. Poco importa hoy la distancia física, brecha cerrada gracias al internet, correo electrónico, chat y video conferencias.

De manera que para sobresalir, el asesor de ventas debe formarse adecuadamente en los aspectos técnicos (tantas veces menospreciados) si quiere de verdad dejar profunda huella en los prospectos o usuarios habituales a quienes sirva. No es posible soslayar la tecnología y de ser instrumentos misteriosos se han tornado en elementos prioritarios. 

Tampoco es perseguir per se óptimas herramientas para ser efectivos sino necesidad sentida para continuar en carrera. Las ventas siguen siendo el gran motor pero sus turbinas han evolucionado, ahora mas digitales que físicas, con menos desgaste humano.

Una ventaja adicional de los avances es que la vida útil del profesional puede alargarse pues su cerebro estaría en capacidad de trabajar mas años aunque su resistencia física decline. En este caso, su aliado será el soporte intelectual que le permitirá ser mas productivo a lo largo del tiempo.