Los Ejecutivos y la Música

La música, por sus características, pareciera disciplina lejana al mundo empresarial, el de las afugias, angustias y presiones cotidianas; el de los costos, utilidades y mercados. Mas no es así.

Dueña de leyes propias cual ciencia respetable, la música conforma un universo especial donde inspiración, genialidad y versatilidad se amalgaman para tocar personas y latitudes. Por eso es y será inmortal. Aunque sus intérpretes se difuminen en el tiempo, sus composiciones y creaciones nos acompañan como cualquier obra de arte.

De otra parte, existen individuos a quienes no atrae la música y respetuosamente consideramos que estas líneas no pretenderán influírles. Otros en cambio, necesitan(mos) de aquella para el diario vivir sin consideraciones de experticia, mucho menos artísticas. Suficiente en cuanto constituya alimento para el espíritu.

Adentrándonos en lo empresarial, también estampa su huella y se torna en bálsamo para el estrés, ambientando áreas de trabajo donde el ejecutivo, la secretaria, el vendedor y el operario de planta se sienten a gusto, manejando en principio una escala sensorial.

Pero yendo un poco mas allá, ¿cómo afecta la música la capacidad cerebral de los ejecutivos, líderes y hombres de negocios? Dejemos que dos expertos nos den una mano.

Rosamund Stone Zander, sicóloga norteamericana, especializada en terapia del comportamiento, ha descrito en su libro "El Arte de las posibilidades" (edit. Penguin; lectura recomendada), que la música intensifica la capacidad de concentración, la precisión para acometer una labor y las posibilidades de ver una misma situación de variadas maneras obteniendo como resultado un mejor logro al final del cometido.

En otra instancia, el neurólogo Rodolfo Llinás, eminente científico colombiano, laureado en USA y Europa por sus investigaciones, comenta que la música genera en el cerebro una longitud de onda particular que facilita a la mente el resolver problemas intelectuales y emocionales de cualquier índole por complicados que lucieren.

Cita el ejemplo de un grupo de alumnos de informática en Europa, cuya clase se dividió en dos grupos idénticos en cuanto asignaturas, capacidad intelectual de los integrantes y número de alumnos. Se sometió a estimulación musical la mitad de la clase -única diferencia- mientras que con el otro 50 % nada se hizo. Al final del semestre el grupo estimulado obtuvo mejores resultados en la totalidad de las asignaturas, no obstante que ambos recibieron las mismas clases con similares horarios y profesorado. Mas evidencia, difícil.

Regresando al punto de partida, observamos manifestaciones musicales desde los albores de la civilización: en las cavernas; en zonas de guerra o con prisioneros de campos de concentración; anunciando invasiones y conquistas; celebrando victorias o llorando derrotas; festejando nacimientos o despidiendo difuntos sean héroes o personas del común; y compartiendo bodas y homenajes. Pareciera que el hombre estuviese incompleto sin música cerca.

Poco importa además que fuere folclórica, tropical, clásica, barroca, melancólica, de montañas andinas o alpinas, de llanuras africanas o suramericanas, caribeña, asiática, brasilera o celta; siempre allí, acompañando al hombre en las penas y alegrías.

Hasta la poesía (una de las mas bellas formas de comunicación) requiere de música para llegar a determinados públicos que de otra manera no accederían. Si no que lo digan los versos de Antonio Machado y Miguel Hernández, musicalizados por Joan Manuel Serrat o los de Violeta Parra y Pablo Neruda, interpretados por Mercedes Sosa.

En el campo político tampoco han sido ajenos al llamado y casi todos los líderes admiten trabajar y reflexionar mejor acompañados de clásicos o composiciones instrumentales para escribir discursos o simplemente meditar transcendentales decisiones. Una especie de secretaria apaciguante, para momentos cumbre.

La conclusión es obvia: si a Ud. le agrada la música no pierde su tiempo embelesándose con ella al realizar trabajo de oficina, en el carro o la casa. Y si es de aquellos que no la necesitan mejor dejarla de lado pues poco efecto (a lo mejor ninguno) causará a sus propósitos.

A fin de cuentas femenina, solo se interesa en quien la ama.