Los Nichos de Mercado de Hoy


Uno de los términos más utilizados en el mundo empresarial actual es el de nichos de mercado, entendiendo por tal, el pleno dominio de mínimas porciones de un gran segmento de bienes o servicios.

Desde el despegue del mercadeo moderno (segunda mitad del siglo XX), el concepto de nicho adquiere fuerza creciente a grado tal, que cada decenio ingresan a la lista multitud de sectores a tiempo con el nacimiento de docenas de industrias.

Sin duda el detonante ha sido el desarrollo tecnológico, el cual, si bien clausura fábricas y acaba viejos empleos o mercados en desuso, da plena cabida al advenimiento de mentes innovadoras cuando no revolucionarias. De la mano de las maravillas de la tecnología de punta -Smartphones, Tabletas, GPS, oficinas y casas inteligentes, pasando por novedosos deportes aéreos, náuticos o alpinos y toda clase de impensables entretenimientos- basta ojear el listado de nuevas especialidades en cualquier universidad prestigiosa para comprobarlo.

Fiel al axioma que la tecnología crea empleos, los inventos se acomodan para servir a la sociedad generando demandas y de paso, oportunidades. De ello no escapa ningún país, desde el más rico hasta el necesitado. De ahí también las distorsiones socioeconómicas observadas en los últimos, al convivir tecnologías de punta con extremas carencias.

Llegados aquí surge una inquietud válida: ¿van aparejados los nuevos nichos en relación con el desarrollo? ¿podría llegar el momento de saturación? ¿están los mercados (y la gente) suficientemente preparados para la avalancha de productos, empresas, ofertas, bienes y servicios que incursionan cada mes? ¿podremos asimilarlos? ¿a qué costo?

No hay respuestas sencillas a tan transcendentales interrogantes pero un hecho es indiscutible: requerimos hoy de mayor capacitación (educación) para triunfar en los negocios y la vida ejecutiva. Ello no implica que debamos estudiar carreras adicionales sino subirnos al tren de la educación continuada, que obliga a regresar a la universidad o al instituto, al seminario de capacitación, a la conferencia o al congreso de cualquier modalidad a fin de marchar a tono con los tiempos.

Hacerlo permitirá comprender la necesidad o no de producir o adquirir productos pertenecientes a nichos dinámicos. Y lo anterior es válido tanto en plan de consumidor como propietario de dichos bienes o servicios. Comprender cómo se mueve la sociedad en la cual vivimos es prerrequisito para destacarse; de otra manera nos convertiríamos en "desplazados virtuales" por jóvenes que corren a mil y asumen su modernidad de manera natural.

Si lo dudan, basta comentar al niño de 10 años, de cuando la TV era en blanco y negro, o que no disponíamos de internet, ni celulares ni tabletas; su cara de incredulidad será la mejor respuesta. Quizás pensaría que no puede conversar con nosotros casi que de ningún tema.

En dos palabras, somos los mayores quienes deberemos acomodarnos y no al revés -como antes- ya que la ecuación se ha invertido. Válido para la gente y válido para nuevos mercados. La lucha por estos (y por extensión, por el éxito empresarial y ejecutivo), se ha trasladado de los viejos clisés -ricos contra pobres; grandes contra pequeños; poderosos contra débiles- a un lema más acorde con lo que presenciamos, cual es: "rápidos versus lentos". Por eso la pregunta del millón es ¿qué tan rápido nos movemos?

Punto adicional sobre el mercadeo actual es la especialización dentro de la especialización. Lo que antes era aceptado como uniforme (carros iguales, de pocos colores; hojas de afeitar idénticas; cientos de casas exactas en urbanizaciones calcadas; moda poco cambiante o repetida, teléfonos negros, etc), hoy es individualizado al máximo nivel, con tendencia a producir pocas unidades por consumidor.

De aquí el éxito en la venta de productos exclusivos, ofertas de cantidades de ediciones limitadas, artículos de colección y por el estilo. Entre más se personalice el producto tanto mejor. Lo observamos en los autos que ordenas al gusto en cuanto a accesorios, bastando esperes un poco más que los exhibidos en vitrina. Tampoco es exclusivo de carros ya que puedes igualmente hacerlo adquiriendo computadores, muebles, motos, bicicletas. La consigna es: "pídelo como quieras que igual lo haremos en tiempo record".

No obstante, a la sombra de las facilidades se esconde un mercadeo profundo, calculado, estudiado, a tono con el medio. Son organizaciones, quizás no tan grandes pero ágiles, con personal de avanzada y atentas al deseo del consumidor, con la meta puesta en el servicio premium, preparado para cambios extremos. Atrás quedan los productos "para toda la vida", los que jamás cambiaban, con ejecutivos que solo despachaban y quienes se limitaban a recoger utilidades mensuales.

Ahora, quien no vaya donde el consumidor, lo complazca y enamore -sabiendo que la oportunidad será por tiempo limitado- quedará relegado a un pié de página en los libros de historia económica.