Los datos, ¿informan?

Son varios ya, los años en que la discusión datos vs información domina las pasarelas del mundo informático. Las empresas que venden sistemas ponderan la capacidad de sus respectivos softwares, su poder de manipular cantidades ingentes de datos para procesarlos y convertirlos -casi por arte de magia- en información pura al alcance de la mano (o de los dedos, literalmente hablando).

Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre…decían nuestros mayores, señalando que las apariencias eran engañosas y rápidas para desviar la atención de todo aquél dedicado a manejar unos y otros.

Tenemos que aceptar -en gracia de discusión- que los datos son números aislados sin relación entre sí mientras que información es el análisis de aquellos en procura de un objetivo ulterior. Por ejemplo: podemos decir que vendimos 100 dólares en Enero, 250 en Febrero y 300 en Marzo y estamos en el reino de los datos; mas si opinamos que en Febrero vendimos 150 % más que Enero y en Marzo el 300 % sobre Enero pero con un incremento del 20% en relación a Febrero, estamos informando. En una palabra, el dato es estático, mira más al pasado; la información es dinámica y otea el futuro dado que con ella es factible elaborar tendencias.

Ahora bien, ¿con cuál tomamos decisiones? Usualmente las mejores se toman con información y las más peligrosas con datos. Pero podríamos preguntarnos: ¿todos los hombres requieren de computadoras y máquinas para convertir datos en información? la respuesta es un rotundo nó; hay seres muy dotados en materia intelectual -además, sin grandes estudios académicos- capaces de procesar datos a gran velocidad y convertirlos intuitivamente en información para sus decisiones. Cuando preguntamos cómo lo hicieron nos dicen rápido: “no sé exactamente; lo vi muy claro enseguida”. Pero su mente trabajó a gran ritmo en dicho procesamiento aunque de manera inconsciente.

Para el hombre de a pié, es decir, común y corriente, la computadora viene a ser la gran ayuda para convertir datos en información confiable. Y si bien nada reemplaza su criterio personal, cuando el mismo está enriquecido con información sólida puede extraer las mejores alternativas para decidir de manera coherente y segura.

Recordamos, en un párrafo, que el proceso de toma de decisiones maneja varios pasos a saber; a) definir el problema b) investigar todas las posibles alternativas c) escoger las mas favorables d) decidirse por una descartando las demás y e) Controlar lo decidido. En este orden, la información puede ayudar a quien decide desde el punto a) hasta el c). De allí en adelante, la actuación final es un proceso intelectual y no de máquinas por potentes que sean.

De modo que si queremos estar informados debemos recopilar los mejores datos para que con apoyo tecnológico -si no somos de aquellos hombres o mujeres especiales- los convirtamos en adecuadas informaciones y de esta manera decidir eficazmente para obtener resultados.

Ramiro Henriquez
Miami, Florida.