Tecnología: ¿con Hambre?

En reciente reunión social, un acucioso jóven indagó nuestro parecer sobre hacia dónde iba el mundo en materia de descuido ambiental, despilfarro de recursos y consciencia del deterioro de la naturaleza.

Luego de intenso diálogo (muy constructivo por cierto y con la participación de tres generaciones presentes), comentaba que en nuestro sentir, la humanidad estaba progresando dado que hacía tan solo treinta (30) años, la palabra “ecología” no existía en nuestros diccionarios; menos aún términos -en boga hoy día- como “desarrollo sostenible”, “reciclaje” y “desechos tóxicos”. Demás está decir que los mas jóvenes no daban crédito a lo que los mayores decíamos, en cuanto a la indiferencia de nuestra lejana juventud hacia esos "extraños" temas.

En este aspecto la humanidad ha cambiado y ya los pénsums académicos reflejan una preocupación que antes no se notaba -se consideraba quijotezco- como los defensores del calentamiento global, tála de bosques y protección de especies en vías de extinción.

Empero, preocuparse no es sinónimo de solucionar, existiendo gran trecho entre uno y otro enfoque. Porque además, el deterioro de la naturaleza a lo largo de centurias ha conllevado un daño correlativo en calidad de vida, en particular de los mas necesitados, afectando la agricultura, influyendo en el clima y alterando el medio ambiente con la carga económica que representa, sobretodo para países subdesarrollados los cuales la mayoría de veces reciben el impacto de la voracidad de los ricos.

Porque en dos palabras, el desarrollo acelerado de los poderosos implica un mayor atraso de los mas pobres. Se ha dicho mucho que si los pobres del mundo dejasen de extraer minerales en las minas o sembrar alimentos en sus deteriorados campos, las tasas de desempleo de los países ricos se dispararían dado que sus trabajadores de servicios y alta tecnología no tendrían manera de soportar la subsecuente escasez de alimentos y materias primas. Pero esa es harina de otro costal; u otro artículo.

Dicha consciencia ecológica, decíamos, se ha trasladado al campo tecnológico al tener claro los líderes políticos y empresariales lo que hay en juego (nada menos que la desaparición de la especie) y así cada invento y desarrollo aporta algo nuevo en materia de bienestar.

Citando casos puntuales, entenderemos mejor lo que se avecina en cuanto a cerrar brechar o balancear (o pretenderlo) desequilibrios sociales aún dentro de un mismo país -casos India, China, latinoamérica-, sacando de la pobreza a países enteros -Singapur- o aumentando el nivel de vida de grandes grupos sociales -Corea del Sur, Vietnam.

Ahora bien: qué hace la tecnología para paliar el hambre en el mundo actual? Citemos muestras:

En Corea del Sur: la tecnología ha logrado trasladar -entre 1970 y 2000- la fuerza laboral destinada a la agricultura y convertirla en mano de obra súper calificada para la industria, del 51% al 9% ; En Malasia: igual, del 50% al 16% ; China: ha logrado sacar a 270 millones de personas de la extrema pobreza; Singapur: gracias al altísimo nivel educativo de sus ciudadanos se ha convertido -de 1979 a la fecha- en el mayor inversor en Biotecnología de Asia (en 1970, pertenecía al cuarto mundo) ; India: Los mejores ingenieros de software del universo, disputados por los países líderes.

Eso sin contar que la Universidad de Cornell está implantando vacunas contra la hepatitis en...bananos y tomates; Y la tecnología de irrigación de aguas ha logrado disminuir los requerimientos del precioso líquido (destino: la agricultura) a la mitad por lo menos en los próximos 25 años; y que los países líderes en biodiversidad -Brasil, Colombia, Ecuador, Perú- serán mas importantes que los petroleros gracias a tecnologías en ciernes; que la Universidad de Georgia clonó una vaca de otra muerta hacía 48 horas; que sensores están “informando” al granjero cuando irrigar los viñedos; que la Red mundial de internet tiene 21 millones de sitios especializados en agricultura, plantas, regiones, climas, ecología, química y biología. En una palabra, el sueño de un agricultor o ganadero de esta “aldea global”. (Fuente: “La Revolución de la Riqueza”, Alvin Toffler, Editorial Random House, N.Y.).

Los críticos podrían aducir que una golondrina no hace verano y que eso es absolutamente insuficiente para resolver los problemas de hambruna y miseria globales y no podemos estar mas de acuerdo. Pero tampoco ignoremos que sin el aporte tecnológico la situación sería peor y que además, es el inicio de un camino que mas temprano que tarde se irá ensanchando en beneficio de los necesitados.

Ni siquiera los países ricos (menos sus empresas) se pueden dar el lujo de contemplar masas hambrientas en proporciones crecientes dado que las revueltas sociales acabarían igualmente con sus conglomerados. En esa medida, los ricos necesitan mercados donde vender sus productos y el bienestar social ayuda. Hay un mínimo de altruismo en materia comercial.

De otra parte, cuando se compara la pobreza extrema de grandes nucleos sociales a lo largo de la historia, vemos como en los actuales momentos, las posibilidades de pasar del estado de carencias a uno de alto nivel es mas rápida que en el pasado. Baste recordar los campesinos de la Edad Media, quienes pasaban generaciones enteras sin un solo cambio en su entorno, ni un empleo que no fuese calcado de sus padres, abuelos y bisabuelos. Por el contrario, un jóven -convengamos que pobre- de cualquiera de los países subdesarrollados puede (con educación de calidad), saltar en menos de media generación de no tener nada a poseer mas de lo que jamás hubiesen soñado sus ancestros.

Continuará la motivación económica de los empresarios, su ambición de crecer y poseer, el afan de enriquecerse a costa de otros, pero lo que es un hecho es que no será tan fácil como antes pasar por encima de todos ya que habrá que respetar nuevas reglas del juego. Las permanentes manifestaciones frente a la reunión de Davos en Suiza -en donde se reúnen los poderosos del mundo- o las del calentamento global, son pruebas fehacientes.

Y la tecnología seguirá en apoyo de estas causas, puesto que uno de los grandes objetivos de la técnica es liberar al hombre de sus cadenas.

Una de las mas grandes, el hambre.

Ramiro Henriquez