A medida que el desarrollo tecnológico va colmando expectativas, descubriendo inventos, nuevas y mejores formas de hacer las cosas, haciendo la vida más fácil y llenándonos de herramientas físicas e intelectuales así vamos entrando a una época donde las preguntas hacia el futuro superan muchas veces sus respuestas.
Una de las inquietudes tiene que ver con la dicotomía tecnología – administración, muchas veces objeto de confusión e incertidumbre. Y es tanto el avance de lo tecnológico que si nos descuidamos tendemos a pensar que con los años superará los conceptos, estructura y organización del aparato administrativo con que se nutre una sociedad pero no hay tal.
La administración, sea de empresas, organizaciones, pueblos, servicios, institutos, hospitales, gobiernos, fundaciones sin ánimo de lucro, universidades o colegios es una estructura autónoma, independiente de lo tecnológico como lo ha demostrado la historia.
Si recordamos, el hombre de las cavernas no disponía de tecnología más si de administración; cazaba con sus propias manos los animales (la edad del bronce y las primeras armas fueron miles de años después) pero anotaba en las paredes lo que hacía; y qué decir de los primeros artesanos en Francia en la época preindustrial, cuando fabricaban sus productos con gran belleza pero sin técnica distinta a la elaboración misma y su talento. Muchos años después fueron organizados en fabricas (aparición de la tecnología).
Pudiéramos seguir con miles de ejemplos mas no viene al caso. Lo destacable es que la tecnología no ha estado siempre con el ser humano mas sí la administración de lo que le rodea siendo su amiga en su presente y devenir. Porque como lo demostraron los hombres del Paleolítico y los artesanos europeos, es posible vivir sin la primera pero no sin la segunda.
Ahora bien, excluyentes una de la otra?
Antes por el contrario, complementos magníficos y su armónico engranaje lo único que puede traer es bienestar, riqueza y desarrollo. No en vano lo que distingue a países del primer mundo de los del tercero o cuarto es su técnica aplicada a una administración del mas alto nivel.
Para muestra un botón: los países del primer mundo van a la cabeza en materia de administración de servicios tecnológicos y exportación de las más avanzadas tecnologías en todas las áreas mientras que los subdesarrollados aportan materias primas y un incipiente desarrollo tecnológico por lo que su ventaja comparativa es mínima. Únicamente los países emergentes que luchan contra esta tendencia estarán en capacidad real de progresar.
Concluyendo, si bien la tecnología llegó para quedarse deberá estar al servicio de la administración de la sociedad para que su aporte sea el mejor. Pretender la autonomía total de la técnica lo único que conseguirá será sociedades avanzadas en lo material pero pobres en desarrollo humano de calidad, pieza fundamental de la Dirección de las empresas y las sociedades.
Ramiro Henriquez
Miami- Florida.