En la imparable lucha por la hegemonía tecnológica, la ciencia de los robots continúa su marcha ascendente aunque muchas veces silenciosa. Pero como sabemos, el silencio le hace antesala a la creatividad.
Hasta hace poco, la superioridad de Japón -en esta ciencia- sobre el resto de países
desarrollados era abrumadora. Hoy no tanto, a medida que países líderes toman consciencia que el mundo de los robots -en cuanto vía a la productividad- es gran aliado tanto en lo económico como para el poderío militar.
Un segundo aspecto es el abaratamiento de máquinas, unido a la miniaturización
de componentes y a una mayor potencia. Comparado con lo sucedido hasta fines
del siglo XX, los robots del XXI "saben" más,
ejecutan labores rutinarias pero complejas, resisten, son dúctiles, con procesadores completísimos,
veloces, de tecnología asequible y código abierto.
Para orientarnos en tan misterioso
laberinto, recojamos conceptos de autoridades mundiales en materia de Robótica, quienes tienen por qué saber:
Antonio López
Peláez, profesor de Sociología
de la UNED (España), ha entrevistado a expertos en robótica
de todo el mundo a fin de aventurar pronósticos de cómo cambiarán aquellos la vida cotidiana. Según opinión de los investigadores, para el 2.020 se producirá
un punto de inflexión tecnológica
gracias al cual,
“los robots serán
capaces de ver, actuar, hablar, dominar el lenguaje natural, ser más inteligentes. Entonces nuestra relación
con ellos será
constante y más cercana”.
En cuanto a las ciencias de la salud, la tecnología
que hará
posible la existencia de estos maravillosos aparatos
también podrá
utilizarse para sustituir partes humanas defectuosas.
No hay razón válida para no utilizar brazos robóticos dotados de manos
capaces de reconocer superficies mediante el tacto, o cámaras que vean mejor que el humano cual piezas de reemplazo pero
aplicadas a nuestro cuerpo.
En otro orden, las aplicaciones militares de
la robótica asimismo preocupan y están
en el ojo del huracán. Un grupo de científicos, reunidos en
la Asilomar Conference Grounds (California), ha emitido un documento que
contiene serias advertencias. Según los especialistas,
de continuar sin control los avances en inteligencia artificial y robótica podríamos encaminarnos a catástrofes.
El estado actual de la tecnología permite construir
desde robots militares autónomos hasta modelos que vuelan (drones) aniquilando a miles,
preocupando a los científicos quienes
creen puedan producirse altos índices de desempleo o hechos de delincuencia -obviamente-
robótica o incluso alzamientos robot. ¿Ciencia
ficción? eso era ayer. Hoy se llama realidad.
Adentrándonos
-e increíblemente- los robots igualmente podrán
modificar su forma y función, algo parecido a "Los Transformers" de los cómics o películas, solo que esta vez es cierto. Leamos:
Daniela Rus, profesora asociada de Ciencias
de la Computación y Neurociencias Cognitivas en el Dartmouth College (de USA), junto
a otros investigadores del laboratorio de robótica,
han construido un robot reticular que se llama Cristalino, capaz de adoptar
la forma de un perro y enseguida la de un diván.
Según
ellos, los robots que se reconfiguran a sí mismos pueden cambiar su forma externa sin intervención humana. Por
ejemplo, adoptar forma de serpiente para reptar a través de túneles; transformarse en algo parecido a un ciempiés y avanzar por terrenos irregulares (ejemplo, la superficie de la
luna); y cambiar nuevamente de forma para subir escaleras o ingresar a
edificios.
"Los sistemas de locomoción fijos (ruedas, patas, orugas) son convenientes para determinadas
condiciones del terreno", dice Marsette Vona, ingeniero en electricidad
quien cursa además un postgrado en ciencias de la computación en el MIT de Boston. Según
ella, "los robots que se reconfiguran pueden emular cualquiera de los
modelos de locomoción y tener en consecuencia, la capacidad de todos y cada uno de
ellos. Imaginen bloques de Lego que cambiasen de posición". Añadiríamos que útiles para la vida pero asimismo para la destrucción.
Referente a la industria manufacturera y de servicios,
las ventas anuales de robots industriales han ido creciendo en Estados Unidos a
razón de 25% por año de acuerdo a estadísticas desde 1981. El incremento en la tasa se
debe a diversos factores:
En primer lugar, más
personas en la industria con conocimientos de tecnología
y de su potencial; en segundo, la tecnología
robótica seguirá
progresando de manera que hará a los robots amistosos con el usuario, fáciles
de interconectar con otro hardware y sencillos de instalar.
Como tercero el mercado crecerá, llevando a economías de escala en la
producción de robots para
reducir precios, lo que justificaría proyectos de
aplicaciones. En cuarto y último, se espera que el mercado de los robots sufra expansiones
más allá
de las grandes empresas o clientes tradicionales para ésta tecnología
y en consecuencia, alcanzase a compañías de tamaño mediano, pequeño y aún microempresas. Estas circunstancias dispararán el mercado.
Concluyendo, el universo de la robótica seguirá
influyendo en dos aspectos fundamentales: el uno,
cargado de maravillas técnicas que dejan sin habla al observar lo que pueden hacer para
facilitar el progreso. El otro, incontables preocupaciones derivadas de su
factible mal uso, excesos, poder político, ambiciones
personales o metas de grupos económicos.
Para conducirlo por el buen sendero, únicamente la ética nos aconsejará hasta dónde permitirlo a unos y a otras.